Nuestra curiosidad y una ligera pasión por el esoterismo nos llevan a repetir la experiencia del año pasado en el monte Ceahlău y comprobar in situ el extraño fenómeno de su pirámide holográfica, un fenómeno que se repite cada 6 de agosto. En 2011 la lluvia nos privó de contemplar la famosa pirámide, así que no nos queda otra que acudir nuevamente y esperar mejor fortuna. Os mantendremos informados del resultado de nuestra “expedición”, pero hasta entonces bien merece la pena repasar los principales argumentos del gran trabajo realizado sobre el tema por un tal Mihai Marin.
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Se trata de un extraño fenómeno del cual ni siquiera los que pasan mucho tiempo en el monte Ceahlău (encargados de los refugios, meteorólogos…) saben de su existencia.
Sin embargo, la imagen aparece en el mismo lugar cada año. Eso sí, para que la pirámide se vea con claridad y tridimensionalmente han de cumplirse estas condiciones de forma simultánea:
- El fenomeno tiene lugar al amanecer y dura aproximadamente una hora.
- El sol ha de aparecer desde una determinada posición. Por tanto, sólo en torno al 6 de agosto (49 días tras el solsticio de verano) está en la posición adecuada, ya que los demás días del año la sombra se forma cada vez en un lugar diferente.
- Cuando amanece e inmediatamente después no debe haber nubes que entorpezcan el paso de los rayos de sol.
- El oxígeno disuelto en el ambiente no ha de atenuar excesivamente el efecto de la fluorescencia, de tal manera que la imagen compuesta en 3 dimensiones estará formada por varias caras de diferente tonalidad azulada.
Imagen de la pirámide cuando se dan todos estos factores:
La explicación del fenómeno desde el punto de vista óptico se basa en el particular relieve de la zona. El pico Toaca, el más elevado, bajo la acción de los rayos solares que vienen del Este forma (en cualquier día soleado del año) una sombra perfecta a modo de triangulo isósceles. En torno al 6 de agosto, las sombras de varios picos de diferentes altitudes convergen de tal modo junto a este triangulo que se crea la magnífica imagen tridimensional.
Cualquier otro día del año cada uno de estos picos genera su propia sombra independiente en función de las leyes físicas.
Si esto no fuera suficiente para causar una profunda impresión, el fenómeno de refracción de los rayos del sol provoca además la formación de un halo multicolor, una especie de arcoíris esférico, que afecta a cada una de las formas (incluyendo las formas humanas) que se encuentran en ese momento sobre el pico Toaca. Es una maravilla que se repite año tras año.
En las fotos tomadas el 6 y el 13 de agosto se puede ver cómo se van moviendo las sombras en función del punto desde el que amanece (el sol se mueve más o menos 1 grado cada día).
La sombra en el solsticio de invierno (22.12.2006):
Aparte del punto de vista óptico, que sirve para zanjar la cuestión, surgen otros interrogantes:
¿Cómo es posible tal coincidencia precisamente el día 6 de agosto?
Este es el día de la transfiguración del Señor según el calendario cristiano, que a su vez parece derivar de una fiesta pagana del culto solar.
Además, las rocas están dispuestas en el lugar idóneo para que se produzca el fenómeno precisamente en verano, cuando existe una mayor probabilidad de que las condiciones atmosféricas permitan observarlo. El pensamiento vuela sin querer hacia la teoría de una construcción artificial de todo el complejo, algo que podría tener algún fundamento según estudios geológicos.
El caso es que el estado de euforia de todos los que se hallan ahí arriba en ese espectacular día es algo que sólo puede ser vivido y no estudiado. Una bonita leyenda dice que aquellos que se encuentran en la montaña santa Ceahlău quedan unidos de una forma u otra para siempre.
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Conviene precisar algunos puntos para entender mejor todo lo expuesto:
Ceahlău era la montaña sagrada de los dacios y el lugar donde el sol era alabado por esta antigua civilización.
Hoy, una pequeña ermita de madera, construida en los años 90 a unos 1600 metros de altitud, atrae a la oración a los peregrinos cada 6 de agosto, día de su patrono.
El 6 de agosto, día de la transfiguración de Dios en el calendario ortodoxo, coincide también con el denominado día del monte Ceahlău.
Según nos hemos podido documentar, la fiesta cristiana podría derivar de una fiesta pagana dedicada a la diosa romana Diana o a la diosa Hekátē, venerada por los tracios (no olvidemos que los dacios eran una tribu tracia). Se trata ambas de diosas de las tierras vírgenes y salvajes, asociadas con la luna. Otra variante es que se sobreponga con la festividad celta de veneración al dios Sol, denominada Lughnassadh (también llamada festival del pan, ya que era una de las fiestas de la cosecha más importantes del año), que se celebraba el 1 o 2 de agosto o la primera luna llena de Leo. No debemos tampoco olvidar la destacada presencia celta en esta área.
Finalmente, como dato aparte, debemos agregar que el fenómeno de la pirámide holográfica no es el único que acontece en el monte Ceahlău. El mar alpino es otro fenómeno que se manifiesta por la mañana en la base de la montaña, en el valle. Lo que se puede contemplar antes de que el estrato de nubes se disipe es algo que te deja boquiabierto.
fotos Dana Mîndru "Acvaria"
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