Hace poco más de un año que Bulgaria, pionera en los Balcanes con esta medida, se convirtió en un sitio sin humo. Lugares de trabajo, restaurantes, bares, transporte público, cines, teatros, hoteles, edificios administrativos, escuelas, patios y espacios de recreo para niños, recintos deportivos y acontecimientos al aire libre son ahora mucho más accesibles. Personas con problemas respiratorios o incluso fumadores ocasionales tienen ahora la libertad de elegir cuándo y cómo fumar, activa o pasivamente. Y considero que ampliar las posibilidades de elección de las personas supone siempre un aumento de su libertad, aunque la medida a simple vista pudiera parecer lo contrario. El fumar ha de ser un placer y no una obligación para todos, ya que resulta muy engorroso salir a divertirse y volver a casa con el cuerpo, el cabello, el abrigo y hasta la ropa interior impregnados de humo. La ley que hizo este sueño posible entró en vigor el 1 de junio de 2012 y, aunque desde entonces ha habido ya varias tentativas de limitarla, cabe destacar que se respeta rigurosamente en todo el país. En diciembre de 2012, los opositores de esta ley fueron derrotados en su intento por revisarla, después de haber propuesto la inclusión de determinadas horas en las que se permitiera fumar en los espacios públicos. Pero esta derrota no ha hecho que se calmen los espíritus. Los opositores han anunciado que no van a rendirse hasta revocar la ley, así que los debates han continuado este año. Y no es de extrañar, ya que en los Balcanes el tabaco está muy extendido y cualquier medida en su contra genera un amplio descontento. Son muchos años a lo largo de los cuales se ha perpetuado esta mala costumbre y no es fácil de erradicar. Igualmente, el respeto a los demás y al medioambiente no es tan habitual en esta zona como en otras partes de Europa, donde desgraciadamente tampoco es algo absoluto. Finalmente, cabe mencionar que las continuas subidas en el precio del paquete de cigarrillos han sido aceptadas (de mala gana, pero aceptadas) desde que Bulgaria se incorporó en 2007 a la UE. Así pues, nos encontramos ante otra paradoja en el país con los salarios más bajos de la Unión.